Independencia de las colonias americanas de España y de Gran Bretaña
MOTIVOS Y REPERCUSIONES DE LA INDEPENDENCIA DE LAS COLONIAS AMERICANAS DE ESPAÑA Y DE GRAN BRETAÑA
Tanto la parte norte como la parte sur del continente americano eran colonias pertenecientes a los países de Gran Bretaña y de España que consiguieron la independencia. Cada una llevó a cabo un estilo de vida diferente tras la independencia, siendo este el origen de las principales diferencias encontradas hoy en día entre Estados Unidos, que consiguió un continuo éxito desmesurado representado en su prosperidad y estabilidad política, y América latina, la cual ha tenido que sobrellevar trágicos periodos de estabilidad y prosperidad, encontrándose en múltiples ocasiones con el inmediato fracaso. Si ambas colonias iniciaban un nuevo desarrollo como estados independientes ¿por qué Estados Unidos ha llegado a ser la primera potencia mundial y el resto de las colonias independizadas no? ¿qué progresos han efectuado los norteamericanos que no hayan conseguido realizar los sudamericanos tras su independencia? ¿por qué Estados Unidos es rico y América latina pobre?
Las colonias compartían motivos suficientes para emanciparse de las metrópolis. No obstante, es importante señalar que a pesar de tener similares motivos, las intenciones futuras de ambas eran diferentes. En España se creó un sentimiento de desconsideración y desprecio hacia el dominio español que en las colonias británicas no surgió. Esto será un factor fundamental que influirá en el futuro de las colonias españolas tras su independencia y que constituirá uno de los principales motivos con respecto a las grandes diferencias entre Latinoamérica y Estados Unidos.
Ambas sufrían grandes imposiciones económicas por parte de las coronas, como el pago de impuestos considerables. A los colonos de norteamérica, tras la Guerra de los Siete años y como consecuencia de la gran deuda que supuso esta para el Estado, se les exigió el impuesto del timbre (sello que debía llevar la mayoría de los documentos escritos en las colonias) y el impuesto del té (permitía a la Compañía Británica de las Islas Orientales vender su té en las colonias sin pagar impuestos, consiguiendo un lugar monopolista en el comercio británico). Mientras que en las colonias españolas, fueron los criollos (poderoso grupo que formaba la parte pudiente dentro de la sociedad colonial y los cuales eran descendientes de españoles nacidos en las colonias surgido por el crecimiento económico de América) los que, además de recibir un trato discriminatorio por parte de España al no poder acceder a cargos políticos, estuvieron sometidos a pagar grandes impuestos a España por el comercio. Asimismo, dichas políticas económicas con sus medidas impopulares y su implantación represiva, no sólo benefician a una reducida oligarquía comercial, sino que dificultaba las actividades comerciales de esta. Esto último se encuentra ligado a la gran autonomía conseguida por las colonias. Los colonos británicos habían conseguido desarrollar una gran autonomía económica y política al mantener relaciones comerciales entre ellos sin necesidad de mediación inglesa, así, la idea de que estos viesen su libertad económica y política debilitada por imposiciones de la corona fue motivo suficiente para efectuar una organización que buscase la independencia y el reconocimiento como nación. Con respecto a las colonias españolas, tuvieron que encontrar formas alternativas para autogobernarse debido al vacío de poder en España durante la Guerra de la Independencia, creándose así organismos con mucha autonomía (Juntas Provinciales bajo la Junta Suprema Central). Debido a este poder alternativo se sentaron las bases del liberalismo español y surgió la lucha entre liberales y absolutistas, lo que supuso que a lo largo del tiempo serían más las personas quienes apoyasen el liberalismo y las ideas ilustradas.
Por lo tanto, otra causa de la independencia colonial es el deseo de independencia política impulsada por las ideas ilustradas, cuyo fin único era la búsqueda de la libertad. La ilustración había servido de impulso a las trece colonias para emanciparse, y la independencia de estas incentivó a que se llevase a cabo la Revolución Francesa. Estos dos sucesos a la vez, no pasaron desapercibidos para las élites de América del sur, pues la restauración del absolutismo tras la Guerra de la Independencia española no concordó con las ideas liberales que se consideraban en ese momento, impulsando el proceso de independencia de las colonias españolas.
Es importante señalar que el apoyo e impulso de otros países fue fundamental. Como se ha comentado anteriormente, las colonias ya tenían relaciones autónomas con países, por ejemplo, las relaciones de los norteamericanos con Francia, la cual apoyó a estas colonias en la Guerra de los Siete años para que se independizasen. Mientras que las colonias españolas fueron ayudadas militar y económicamente por Reino Unido y Estados Unidos.
Una vez las colonias consiguieron emanciparse llevaron a cabo una organización propia como estados independientes. Las relaciones mantenidas entre los reinos y las colonias tras la independencia eran totalmente diferentes ya que estas presentaban distintas intenciones y progresos futuros.
Tras la independencia, los norteamericanos no plantearon una ruptura total con los británicos, ya que siguieron manteniendo relaciones, trato y tradiciones. Vieron una oportunidad en esos territorios de poder llevar a cabo su principal objetivo, construir una sociedad mejorada a la europea donde primaría el liberalismo, la igualdad social y los derechos humanos. Los norteamericanos querían mejorar la herencia británica mediante el desarrollo y el progreso para así conseguir eliminar la organización social del Antiguo Régimen que había perdurado hasta el momento. Asimismo, su progreso tuvo mucho éxito al empezar a crecer sobre unas bases ya establecidas por Gran Bretaña (un Estado en progreso y desarrollo).
Por el contrario, las colonias españolas presentaban un desprecio hacia el dominio español, por lo cual, querían eliminar por completo una herencia española. Esta subestimación procede de los pueblos indígenas e indios que habitaban en esos territorios antes de que se convirtiesen en colonias españolas. Al fin y al cabo la independencia fue originada por el anhelo de garantizar y mejorar el deseo de unos pocos, de aquellos conquistadores españoles instalados en los territorios indígenas, cuyos objetivos eran apropiarse sus riquezas y formar una comunidad para conseguir dichos objetivos. Realmente, estos integraron a los indios con objeto de luchar contra la corona española y conseguir la independencia, y seguidamente, emplearlos como motor para la lucha en contra de las potencias imperialistas. Es por esto por lo que los indios y los pueblos indígenas sentían tanto odio hacia cualquier civilización extranjera, ya que esta solo tendría intenciones de utilizarlos a su favor y de aprovechar las riquezas del territorio.
Otro factor decisivo que influyó en el gran desarrollo estadounidense fue la población que constituyó el territorio. La principal diferencia entre los deseos norteamericanos y latinoamericanos era que los primeros fueron en busca de tierra y libertad, no de oro y esclavos como fueron los segundos. De este modo, los estadounidenses no tuvieron los problemas que se les presentaron a los latinoamericanos para integrar socialmente a los indios, pues los habían exterminado o expulsado del territorio. No obstante, con respecto a la clase baja, sí hubo una integración por ambas partes. Por lo tanto, Estados Unidos se presentaba con un moderno modelo de movilidad social de clases liderada por la burguesía a través de la propiedad privada y sin la presencia de pueblos indígenas, y Latinoamérica con el mayor porcentaje de la población activa indígena y marginada. Definitivamente, la superioridad cultural de Estados Unidos con respecto a Latinoamérica era una evidencia de la civilización.
Tras la independencia, se presenta Estados Unidos como una gran potencia mundial debido a la serie de progresos que efectuó. Se convirtió en un importante socio comercial para los estados europeos, pues al liberarse de las trabas mercantilistas que les imponía la metrópoli cuando eran colonias se lanzaron a un gran proceso de desarrollo económico, financiero e industrial, con la consiguiente expansión territorial y crecimiento de su modelo económico. La independencia de los Estados Unidos es el primer ejemplo de descolonización y de revolución liberal que funcionó, y que por tanto, abrió las puertas a otras colonias para intentar alcanzar la independencia. La burguesía comenzó a liderar una moderna sociedad de clases a través de la propiedad privada mientras el resto de estados latinoamericanos se encontraban estancados en la sociedad estamental del Antiguo Régimen. Se creó un gobierno soberano con Constitución propia (la primera de la historia), la Constitución de 1787 y la República Federal que articuló el nuevo Estado llevó a la práctica la división de poderes de Montesquieu: legislativo, ejecutivo y judicial. Por el contrario, América Latina no consiguió obtener regímenes parlamentarios estables ni una justicia independiente, pues se llevó a cabo la división del territorio en repúblicas independientes con formas de gobierno autoritarias, débiles e inestables, que sufrían constantes revoluciones y guerras civiles. Al fin y al cabo el rechazo completo de Latinoamérica al único modelo y sistema que conocía, el español, ha provocado un subdesarrollo político y, consecuentemente, un subdesarrollo económico difícil de prosperar.
Con todo lo expuesto anteriormente, se llega a la conclusión de que los Estados Unidos de América ha logrado un desarrollo óptimo. Señal de esto es el logro de convertirse en la primera potencia mundial desde hace años hasta la actualidad, ya que se ha instaurado un sistema democrático y liberal con constitución propia, y donde la separación de poderes ha tenido un papel primordial. Dicho sistema ha ido consiguiendo a lo largo del tiempo el bien común, tanto en el ámbito social como en el ámbito económico al progresar, desarrollar sus recursos y al basarse desde su origen en las ideas liberales y capitalistas con un espíritu de emprendimiento e inversión. De esta manera, ha llegado a superar las crisis económicas y sociales más fuertes de la historia, como el crack del 29 o la caída de unas de las mayores industrias de servicios financieros “Lehman Brothers” en 2008. La superación de estos acontecimientos se puede concluir con las ideas de los mejores economistas y empresarios del mundo, los cuales consideran que: “de las crisis salen las mejores ideas y oportunidades”.
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