Keynes vs Hayek

EL CHOQUE QUE DEFINIÓ LA ECONOMÍA MODERNA


En la actualidad, existe una clara división entre las ideas socialdemócratas y las conservadoras, cuyo origen viene dado hace unos años atrás.  Todo se remonta hacia principio del siglo XX, cuando se inicia el mayor debate de la historia de la economía entre John Maynard Keynes, miembro del Kings College (Cambridge) y defensor del intervencionismo estatal, y Friedrich Hayek, un economista vienés y partícipe de la actuación natural del libre mercado en la economía. Ambos buscaron dar una solución a la Gran Depresión de 1929 a pesar de sus claros contrastes de pensamientos, abordando temas como lo desfavorable que es el desempleo en un país, la importancia del equilibrio entre ahorro e inversión, las repercusiones de la inyección de dinero en la economía a corto y a largo plazo, o incluso la relevancia de los tipos de interés.

Keynes vs Hayek pretende responder a la cuestión que ha dividido a económicos y políticos durante 80 años, así como demostrar que las profundas diferencias entre estos dos grandes de la economía han seguido marcando una gran división en las posturas económicas hasta nuestros días. Con la reciente crisis financiera de 2008 la historia se repite, y la disputa entre la aplicación del intervencionismo estatal o de la libertad económica para paliar una crisis sigue más viva que nunca. 


No obstante, al encontrarse la economía en continuo cambio, ¿quién tendrá ahora razón, Keynes o Hayek?, ¿será idóneo considerar en el mundo global de 1989-2008 las medidas tomadas en el mundo no globalizado de 1930-1940?, ¿de qué dependerá la aplicación de unas ideas u otras?


Para conocer qué medidas son convenientes aplicar en la economía en cada periodo a lo largo de la historia, y para resolver las cuestiones como por qué las ideas de Hayek en 1930 no funcionaron, o por qué Keynes tras haber triunfado durante los años 50 a finales de la década Hayek se vuelve más influyente, se aborda el estudio del coste de oportunidad a corto y a largo plazo.


Lo que se pretende a corto plazo, y como argumenta Keynes, es estimular la demanda mediante la intervención de un agente externo, ya que considera que ante fallos en el mercado es necesario dicha intervención para paliarlos. El Estado será el responsable de estimular la demanda a través de políticas fiscales (impuestos y gasto público) o monetarias (inyección de dinero en la economía y la reducción de los tipos e interés), pero estas políticas a largo plazo, y como critica Hayek, son ineficientes, ya que el exceso de inyección de dinero en la economía genera una gran inflación y déficit para el país, impidiendo la existencia del equilibrio entre ingresos y gastos necesario para que una economía sea próspera. 


Lo que se  pretende  a largo plazo, y como postula Hayek, es la mejora de la economía haciéndola más productiva a través de inversiones, tecnologías… es decir, estimulando la oferta. Esto solo sería posible sin la intervención estatal, permitiendo que las fuerzas de la oferta y la demanda permitan que el mercado, de forma libre y natural, consiga su punto de máxima eficiencia. Para todo liberal, la mejor asignación de recursos la realiza el mercado, ya que solo de esta manera se podría establecer una estabilidad económica, y consideran que el Estado es completamente ineficiente ya que malgasta recursos y genera ciclos económicos de bonanza y crisis que sin dicha intervención no ocurrirían.


Por lo tanto, en los periodos de recesión y ante fallos en el mercado sí es conveniente cierta intervención estatal para conseguir paliar la situación y minimizar el desempleo a corto plazo. No obstante, una vez solventado el periodo de recesión con medidas keynesianas es idóneo aplicar políticas de libre mercado consiguiendo la estabilidad de los precios y dejando que la economía llegue de forma natural a su punto de máxima eficiencia. 


Es importante considerar que existen grandes diferencias entre el mundo no globalizado de 1930-1940 con muchos países proteccionistas y donde había rigidez de precios y salarios; y el mundo global de 1989-2008 en el que vuelve a funcionar la economía clásica basada en la libre competencia del mercado a escala mundial, donde los países se centran en producir donde existan más ventajas competitivas o haya una mayor libertad de precios y salarios.  

El mundo globalizado de hoy en día no es el mismo que hace cien años, ya que existen países con sistemas económicos que han conseguido desarrollar sus recursos al basarse en ideas liberales, con un espíritu de emprendimiento e inversión, consiguiendo superar las crisis económicas y sociales más fuertes de la historia. Con la superación de estos acontecimientos, y como bien concluyen los grandes economistas, se asiente que “de las crisis salen las mejores ideas y oportunidades”.



 

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